Alejandro Jabornicky, de la megaestafa judicial a ser la lanza libertaria de Rovira

El abogado saltó a los medios hace dos décadas, procesado como coautor de la organización que operaba en el Juzgado Civil y Comercial 1 que robaba depósitos judiciales. Hoy se reinventa como libertario, de la mano del pacto Milei-Rovira.
jabornicky
El libertario misionerista junto al ministro Guillermo Francos.

Por Federico García

A 20 años de la estruendosa causa conocida como “megaestafa judicial”, el abogado (con licencia suspendida) Alejandro Jabornicky se recicla como punta de lanza del libertarismo misionerista, comandado ahora oficialmente por el conductor político del Frente Renovador, Carlos Eduardo Rovira.

Desde su lanzamiento a la arena pública, el letrado se erigió como uno de los referentes de las “ideas de la libertad” en Misiones, primero, acompañando a Ninfa Alvarenga y, en la actualidad, como vicepresidente del partido Ahora Vos, bendecido tanto por la Casa Rosada como por el oficialismo local.

Para el letrado, que saltó a la fama mediática a inicios de siglo por motivo nonc sancto, la oficialización del pacto entre el presidente Javier Milei y Rovira lo colocó en una posición inmejorable de cara a las legislativas de 2025.

Al mismo tiempo, el desplazamiento (¿definitivo?) de su otrora copilota de la presidencia de la Junta Promotora del Partido Libertario se coronó con la huida de sus compañeros de militancia hacia el ala renovadora dirigida por “Jabor” y su ladera Rita Marina Flores, con la idea de conformar un gran frente liberal que reúna al, por ahora, disperso ejército de las Fuerzas del Cielo.

Mileísta renovador

Los vínculos entre el mileísta de vanguardia y el partido de gobierno son claros y numerosos, sin contar su relación de familiar político con el ministro de Cambio Climático, Gervasio Malagrida, quien estuvo detrás de su campaña a senador nacional por Fuerza Liberal.

Ese espacio, impedido legalmente de utilizar la iconografía libertaria, se montó sobre la estructura del partido Libertad, Valores y Cambio, fundado por el ex diputado Alex Ziegler y presidido por la ministra de Acción Cooperativa, Liliana Rodríguez, ambos renovadores de la primera hora.

En la lista encabezada por Jabornicky estuvo, además, el ex presidente del PRO Misiones, Jorge Ratier Berrondo, que tras no lograr ser electo como diputado nacional, fue nombrado como asesor del senador y ex vicegobernador de Misiones, el también misionerista Carlos Arce.

En la seguidilla de nombres ligados a las filas del rovirismo, se encuentra Micaela Gacek, acaso la cara más descubierta de la Renovación libertaria. Al igual que Ratier Berrondo, la ex candidata a diputada nacional, luego de los comicios del año pasado, se sumó al Frente Renovador como funcionaria del Ministerio de Coordinación General de Gabinete del gobierno de Hugo Passalacqua.

Si bien al frente de los micrófonos, Jabornicky se muestra como un libertario puro, en la intimidad se jacta de la bendición que posee por parte del ex presidente de la Cámara de Representantes y mandamás de Misiones desde hace poco más de dos décadas, Carlos Rovira, a quien, a pesar de ello, no considera parte de “la casta”.

No obstante, esa unión quedó expresada públicamente tras la visita a la tierra colorada del ministro del Interior, Guillermo Francos, y del principal armador político de Karina Milei, el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo “Lule” Menem, quienes se reunieron con Jabornicky y su tropa para darles el visto bueno de la Casa Rosada.

Previamente, los voceros de Javier Milei sellaron un acuerdo de no agresión con Rovira, a quien le aseguraron que no avalarían candidatos propios en su territorio y le darían rienda suelta a referentes que respondieran a su comandancia. A cambio, los legisladores nacionales de Misiones apoyarán la Ley Bases y el pacto fiscal, girado por La Libertad Avanza al Congreso de la Nación.

Palabra conocida

Al tiempo que Rovira iniciaba el Frente Renovador tras su separación de Ramón Puerta, Jabornicky afrontaba los embates de la Justicia misionera, que lo procesó en la causa conocida como “megaestafa judicial”.

El expediente se inició en septiembre de 2003 tras una denuncia por parte de uno de los damnificados de la organización que funcionaba en el seno del Juzgado Civil y Comercial 1 de Posadas, entonces a cargo de Graciela Brígida Salvado de Sotelo, luego destituida del cargo.

Luis Rey, titular del Juzgado de Instrucción Dos, procesó al ahora libertario como coautor del delito de estafa calificada, sustracción y ocultamiento de documental, como parte de la banda dedicada a robar dinero con extracciones de depósitos judiciales en bancos de la capital misionera.

Luego de 17 años, en 2020, fueron condenados cinco de los más de 20 acusados, al firmar un juicio abreviado por el cual pasaron apenas unos meses en prisión. Por su parte, como varios de los abogados del foro local señalados por asociación ilícita, Jabornicky corrió con la suerte de que los delitos que se le imputaron prescribieron debido al tiempo transcurrido entre apelaciones y distintos recursos que acumularon unas 8.000 fojas.

El ex candidato a senador y partidario de las ideas de la libertad fue apuntado por una de las sentenciadas, la abogada Paula Espinosa. Por entonces, previo a no presentarse a indagatoria, Rey ordenó allanar su estudio, donde se incautaron expedientes que fueron introducidos al cuerpo de la investigación por la extracción de fondos con órdenes de pago del Juzgado Civil y Comercial 1.

Pero la relación de Jabornicky con las estafas no se detuvo allí, ya que, más acá en el tiempo, ya en 2019, una clienta suya lo denunció penalmente luego de que el letrado le cobrara honorarios durante dos años por una causa que nunca avanzó debido a que tenía su matrícula suspendida por no querer pagarla debido a un enfrentamiento político con el Colegio de Abogados.

A dos décadas de su aparición en las letras de los diarios misioneros, el abogado se reinventa de la mano de Javier Milei y su pacto con Carlos Rovira. Empoderado de esa manera, Alejandro Jabornicky tiene en su mano la vara para medir el aceite libertario, la cual usó en una entrevista reciente para criticar la participación en el proyecto mileísta del diputado provincial Pedro Puerta, a quien consideró “un proyecto de estafa”, una palabra que conoce bien.